Mecanismos de resistencia a los antibióticos

José Leiva/Melania Iñigo


Las pruebas de sensibilidad a los agentes antimicrobianos (antibiograma) tienen como objetivo evaluar en el laboratorio la respuesta de un microorganismo a uno o varios antimicrobianos, traduciendo su resultado como factor predictivo de la eficacia clínica.

La sensibilidad de una bacteria a un antibiótico determinado viene dada por la concentración mínima inhibitoria (CMI) y la concentración mínima bactericida (CMB). El objetivo terapéutico será alcanzar en el organismo la CMI o CMB del microorganismo a dicho antibiótico, con dosis de antibiótico no tóxicas.

La metodología utilizada para la realización del antibiograma es variada (cualitativa o cuantitativa). Los resultados in vitro permiten seleccionar los quimioterápicos activos frente a los microorganismos causantes de una determinada infección.

La selección del antimicrobiano más adecuado y la respuesta del paciente al mismo vienen determinados tanto por la actividad del antimicrobiano in vitro, las propiedades farmacocinéticas y farmacodinámicas del antibiótico, la toxicidad del fármaco, el tipo de infección y las condiciones de base del paciente. 

Seguiremos los puntos de corte de EUCAST (European Committee on Antimicrobial Susceptibility Testing) que permiten categorizar los resultados en tres categorías:

  • S - Régimen de dosificación estándar, sensible: un microorganismo se clasifica como régimen de dosificación estándar, sensible, cuando existe una alta probabilidad de éxito terapéutico usando un régimen de dosificación estándar del agente.
  • I - Susceptible, exposición aumentada: Un microorganismo se clasifica como Susceptible, exposición aumentada* cuando existe una alta probabilidad de éxito terapéutico porque la exposición al agente aumenta al ajustar el régimen de dosificación o por su concentración en el sitio de infección.
  • R - Resistente: Un microorganismo se categoriza como Resistente cuando existe una alta probabilidad de fracaso terapéutico aun cuando exista una mayor exposición.

*La exposición es una función de cómo el modo de administración, la dosis, el intervalo de dosificación, el tiempo de infusión, así como la distribución y excreción del agente antimicrobiano influirán en el organismo infectante en el sitio de la infección.

En casos en que no exista punto de corte clínico definido podemos recurrir al punto de corte epidemiológico (ECOFF) que categoriza el resultado en:

  • Tipo salvaje (WT): un microorganismo se define como de tipo salvaje (WT) para una especie por la ausencia de mecanismos de resistencia adquirida o mutacional al fármaco en cuestión
  • Resistencia microbiológica - Tipo no salvaje (NWT): un microorganismo se define como de tipo no salvaje (NWT) para una especie por la presencia de un mecanismo de resistencia adquirido o mutacional al fármaco en cuestión.

En los últimos años se ha incorporado en el informe cultivo bacteriológico la información de los mecanismos de resistencia más relevantes que poseen las bacterias causantes de los procesos infecciosos. Algunos mecanismos de resistencia pueden no expresarse, o hacerlo de forma limitada, in vitro.

La detección de los mecanismos de resistencia, incluidos los de bajo nivel de expresión, permite predecir el posible fracaso terapéutico asociado a la utilización de los antibióticos afectados por los mecanismos de resistencia caracterizados.

Bibliografía

  1. Cantón R. Lectura interpretada del antibiograma: una necesidad clínica. Enferm Infecc Microbiol Clin. 2010; 28:375-85.
  2. The European Committee on Antimicrobial Susceptibility Testing. Breakpoint tables for interpretation of MICs and zone diameters. Version 10.0, 2020. http://www.eucast.org.